6 de Mayo, 2025
Pablo López, Investigador postdoctoral de CIGIDEN e investigador visitante en la Universidad de Bristol, explica cómo los peligros naturales interactúan entre sí y detalla las razones por las cuales el enfoque tradicional ya no basta.
Frente a un contexto climático y territorial cada vez más complejo, el investigador chileno Pablo López, Dr. en Ingenieria Civil, posdoctorante del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN) e investigador visitante en la Universidad de Bristol, propone un cambio profundo en la forma en que evaluamos los riesgos naturales: dejar de pensar en amenazas únicas y empezar a comprenderlas como amenazas múltiples e interactivas.
“El enfoque tradicional ha sido estudiar los peligros naturales de forma aislada, como si ocurrieran por separado. Pero hoy sabemos que las amenazas naturales no son eventos simples; muchas veces interactúan entre sí, se potencian y amplifican su impacto”, explica López.
Todo este enfoque es parte de su proyecto de Postdoctorado “Evaluación de peligros múltiples en una cuenca costera: orientaciones para la modelación de interacciones de peligros hidrológicos de ladera bajo escenarios de cambio climático”, investigación que ha sido presentada en diversos congresos internacionales.
La noción de multiamenazas se refiere justamente a esto: todos las amenazas relevantes que pueden ocurrir en una misma área -como una cuenca hidrográfica- y cómo estos pueden superponerse en el espacio y el tiempo dadas las características físicas y climáticas que determinan estas amenazas . Por ejemplo un terremoto, una inundación, un incendio forestal o un deslizamiento de tierra no sólo coexisten, sino que pueden interrelacionarse o condicionarse mutuamente.
“Un incendio forestal puede cambiar las propiedades del suelo, hacerlo hidrofóbico, y eso incrementa luego la posibilidad de flujos de barro ante lluvias intensas. Lo mismo ocurre con deslizamientos previos que, al bloquear cauces, provocan inundaciones repentinas tras nuevas precipitaciones”, explica.
López clasifica estas interacciones en varios tipos: compuestas, condicionantes, en cascada o concurrentes, todas con el potencial de generar impactos mucho mayores que los provocados por una amenaza única.
Esta perspectiva también tiene implicancias directas en la planificación territorial, la infraestructura crítica y la resiliencia social. “Hoy en día, la evaluación del riesgo se hace, en general, en base a una sola amenaza: se estima cuánto afectará una inundación, o un incendio. Pero no se consideran los escenarios combinados, y eso subestima el riesgo real”, advierte.
Casos recientes, como las lluvias e inundaciones ocurridas en 2024 en el centro-sur de Chile, los incendios que han alterado la respuesta hidrológica de las laderas, o eventos extremos que han afectado infraestructuras clave, como el sistema eléctrico en Santiago, demuestran la naturaleza sistémica y encadenada del riesgo actual. Por este motivo, hoy en día el riesgo es sistémico, ya que hay múltiples amenazas que pueden impactar a sistemas y sectores interdependientes, como redes de infraestructuras, salud pública, sistemas alimentarios y estructuras socioeconómicas, y afectar a la población dentro y fuera de las fronteras geográficas e institucionales donde ocurren estas amenazas.
El trabajo de López y otros investigadores en esta línea busca precisamente aportar evidencia científica para que las decisiones de planificación y protección civil integren la complejidad del riesgo múltiple, en un mundo cada vez más afectado por el cambio climático y la urbanización acelerada. Cabe destacar que el proyecto de Postdoctorado de Pablo López fue presentado en 2024 en la Conferencia Internacional “Multi-hazard DRR Academy for Young Researchers and Practitioners: From Methodological Diversity to Collaborative Research”, realizada en la Universitat Politècnica de Catalunya, Barcelona, España; y en 2025 en la Reunión Anual de la Unión Europea de Geociencias, realizada en Viena, Austria.